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Amor arco iris

Amor arco iris Por José Manuel Padilla Ruiz


“es la historia de un viaje abstracto hacia los sentimientos reprimidos de dos individuos, que tenían miedo de expresar sus deseos y anhelos por miedo a los demás, hasta que se dan cuenta que lo importante en realidad es su felicidad”.





Lucas era un chico retraido, siempre estaba solitario, le gustaba disfrutar de la compañía de la soledad, la única que no le podía hacer daño. “El mundo es muy cruel”, no dejaba de repertirse, una y otra vez. Lucas no entendía porque el mundo le trataba así, porque por ser diferente, por sentir diferente el mundo le trataba así.

Desde la más tierna infancia, Lucas jugaba con los demás chicos de su edad al fútbol, al baloncesto, a la pelota, pero en realidad lo que Lucas quería era jugar con las chicas, le gustaba jugar a la comba, a hacer las comiditas. Los demás niños después de verle jugar con las niñas se reían de él y se negaban a aceptar que jugara con ellos.

Pronto crecería y llegaría la pubertad, esa edad tonta en la que los chicos van con las chicas y las chicas tontean con los chicos.

Lucas pronto saldría con una chica, Laurita, rubita de ojos azules y saltones. Una belleza de dieciséis años, que todos los chicos andaban detrás de ella. Lucas era la envidia de los demás y no hacían nada más que incordiar cuando salían juntos.

Los sentimientos del chico eran distintos, Laurita veía a Lucas como el papá de sus hijos, un chico sensible, guapo, inteligente y que sabía tratar a las mujeres, un chico ideal.

“Algo tiene que fallar, es un chico perfecto”, se decía Laurita siempre que estaban juntos. La verdad es que cuando estaban juntos el tiempo era fugaz, y siempre deseaban estar juntos.
Laurita con el amor de su vida y Lucas con la chica más dulce y encantadora que había conocido en sus diecisiete años de existencia en ese “mundo cruel” que tanto daño le hacía, pero era encantadora, como amiga.

Cuando llegó el instituto, Lucas tuvo que decidirse por elegir un bachillerato, un itinerario, el joven Lucas eligió el Bachillerato de las Humanidades, pues sentía verdadera fascinación por la cultura clásica, aquella época de guerreros y sabios, en la que sentir diferente, pensar y disfrutar de los placeres del cuerpo de forma libre “no estaba tan mal visto”.

Una interrogación que atormentaba continuamente al joven era: “¿Cómo la humanidad ha retrasado tanto su forma de pensar, de tolerar y de permitir que la gente sienta como quiera sentir?”.

En las clases de Latín, Griego y Cultura Clásica, el joven Lucas disfrutaba de aquellas obras clásicas, en las que se dejaba claramente entrever, que el amor entre hombres y mujeres era totalmente libre, es más que, el verdadero amor se sentía así.

Lucas deseaba con locura a un compañero del equipo de baloncesto, Diego. Un chico guapo de dieciséis años que le volvía loco. Un adonis de ojos azules, piel tostada al sol mediterráneo y un pelo dorado como los rayos del sol. Pero su sueño se truncaba cuando en los partidos de baloncesto las canchas estaban llenas de compañeras de clase que acudían en masa, no a apoyar al equipo sino a ver a Diego.

Había una chica en concreto, Inés, que estaba loca por los huesos de Diego, a las pocas semanas después, tras un triunfo del equipo de baloncesto, celebraron una fiesta en la que estaba todo el equipo.

Las miradas eran continuas, Laurita se comía con la mirada a Lucas. Mientras tanto Inés no se podía quitar de la cabeza a Diego. Inés no podía imaginarse el desenlace del noviazgo que había iniciado con Diego hacía unos pocos meses.

El joven baloncestista no podía olvidar las últimas palabras que le dijo Diego, tras el triunfo del último. “Lucas tenemos que hablar seriamente, porque estoy muy confundido”. Durante toda la cena, mientras las palabras de Diego le bombardeaban la mente, Lucas no podía dejar de lanzarle miradas. Unas miradas que eran capoteadas de forma muy hábil por su compañero de equipo.

Tras la cena llegó la música, el alcohol y los líos. La música del momento ambientaba la fiesta. El local estaba repleto de gente, amigos, familiares, jugadores del equipo, etc.

Al principio Laurita bailaba con Lucas, ambos demostraban una destreza enorme y compenetrada al son de la música. Lucas y Laurita estaban muy compenetrados al son de la música.

Inés andaba pululando por la fiesta, bailando con uno después con otro hasta que cayó en los brazos de Diego, ambos pasaron gran parte de la fiesta juntos. El alcohol empezaba a hacer sus estragos y pronto comenzaron a dejarse llevar por los furores alcohólicos.

Durante la fiesta, Diego y Lucas coincidieron en el baño mientras aliviaban sus vejigas. Los dos no habían caído en la cuenta de quien tenían al lado. Hasta que fue Lucas quien vio que era Diego el chico con quien compartía urinario.

Se saludaron y comentaron cómo iba la noche, Diego le comentaba cómo iba su historia con Inés, en crisis, por el comportamiento “libertino” de la joven. Diego congratuló a Lucas, por lo bien que iba su rollete con Laurita.



- ¿Qué tal va la noche?, preguntó Lucas.

- Diego le contestó aconjogado: “Fatal tio, la pilingui de la Inesita está flirteando con todo el mundo y a mi me deja a dos velas con unos tubos, impresionantes”

- Tranqui tío, no pasa nada, seguro que no siente nada que lo único que hace es bailar, que realmente al único que quiere es a ti”



Lucas no podía creer lo que acababa de hacer, se había comportado de forma cabal, no se había dejado llevar por sus verdaderos sentimientos hacia Diego. Tampoco podía olvidar las palabras que le había dicho al acabar el partido. Fue el momento para recordárselo. El alcohol y el ambiente confidente creado en los urinarios fue el escenario ideal.

-“Perdona Diego, ¿a qué te referías esta tarde cuando has dicho que estabas confundido?”

-“Nada tío, es una larga historia, que me está atormentando la cabeza y no sé como decírtelo”.

-“Pues chico, empieza, que estamos solos y no nos escucha nadie”.

-“Como sabes, yo siempre he estado tonteando con muchas chicas, y siempre me han gustado las tías, lo que siento ahora por Inesita es fuerte pero lo que ha hecho esta noche es imperdonable, he estado más rato con otras chicas que con ella”.

Lucas le escuchaba pensativo y abstraído. Mientras Diego continuaba su relato.

- Desde hace unos meses, no se si por compasión o por qué, he sentido cierta atracción o predilección hacia ti”.

- Te pido perdón por no haberte ayudado cuando los demás se metían contigo. Sentía miedo a los demás chicos, y no te ayudaba cuando te insultaban porque yo me sentía igual que tú, lo que pasa es que no lo exteriorizaba, he sido un cobarde hasta ahora. Yo siento algo especial por ti, aunque con algunas chicas también lo he sentido, se sinceró entre lágrimas Diego.

Lucas no podía creer lo que estaba escuchando, su adonis, el chico con el que soñaba desde que entró en el equipo se le estaba declarando, estaba reconociendo su bisexualidad, ante él, sin miedos, sin tapujos.

-Quiero que sepas que lo que siento por Inés no es verdadero, pero si he tendido alguna novia, con la que podía pensar en un futuro, ahora en quien pienso es en ti.

-Siempre he notado que tu sentías algo especial por mi y a mi al principio me daba miedo por el qué dirán lo demás. Pero me he dado cuenta de que es mejor no reprimir los sentimientos y dejarlos fluir. Porque lo que verdaderamente importa es que seamos felices, cada cual sienta lo que sienta, que más da lo que piensen los demás.



La mirada de los dos se cruzaron, el brillo de los ojos de Diego, era señal inequívoca de que estaba diciendo sus verdaderos sentimientos. Lucas estaba acongojado y no podía terminar de creérselo, con lágrimas en los ojos le dijo:

- Estás perdonado, Diego, pero te quiero decir que a partir de este momento debemos poner de nuestra parte para no reprimir lo que sentimos y poder expresar libremente nuestros sentimientos.

Lucas y Diego se fundieron en un beso dulce y apasionado, hasta que el clima idílico que se había creado se rompió por la entrada en los servicios de dos de sus compañeros de equipo. Luis y Fernando. Unos chicos creídos y que se las daban de muy machitos.

- Vaya, vaya, si va a resultar que en el equipo teníamos dos mariconazos, que seguro que se ponían con nosotros en el vestuario y las duchas, dijo Luis.

- Como se entere de lo maricones que sois el mister, me parece que vuestros días en el equipo están contados, comentó amenazante Fernando.

Los dos chicos no pudieron reprimir su rabia y les dijeron al unísono:



- Venga gilipollas, chivaros al mister.



- Que pasa, nunca habéis visto dos personas que sienten algo especial entre ellas. A caso no sois capaces de tolerar sentimientos distintos, dijo Diego.
Acto seguido volvieron a unirse en un beso. Mientras los otros dos chicos les miraban embobados.
De repente aparecieron en acceso a los servicios Laurita e Inés, quienes se quedaron atónitas de la sorpresa que sus chicos les tenían preparada.

Aunque Inés después de haber pasado la noche flirteando con diestro y siniestro no le sorprendió nada e incluso se sintió culpable.
La fiesta terminó y Luis acabó la noche en un after con Inés. Por su parte la dulce Laurita no podía olvidar a Lucas, pero acabó en el mismo after con Fernando.

Lucas y Diego siguieron la fiesta por su parte y mantienen una relación intensa y duradera, haciendo planes de futuro, una vez que acaben sus respectivas carreras.
Sin duda alguna es la historia de un viaje abstracto hacia los sentimientos reprimidos de dos individuos, que tenían miedo de expresar sus deseos y anhelos por miedo a los demás, hasta que se dan cuenta que lo importante en realidad es su felicidad.

4 comentarios

Hector -

Es verdad, es super largo. Yo me he quedado en "Por José Manuel Padilla Ruiz".

Egunon -

Manolo! Di quién te ha creado el blog. Que si no llega a ser por uno que yo me sé, aún no tendrías blog.

Has caso a Rebeca, ponla en enlaces y por favor escribe articulos más pequeños. Yo he tenido que leer tu relato en papel, leyendo más de 10 parrafos en internet duelen los ojos.

Tengo una duda. Cuando Diego y Lucas se encuentran en los urinarios no dices en ningún momento que se guardan el miembro y se lavan las manos. ¿Directamente se saludan y con la picha fuera se ponen en plan sentimentales y se enpiezan a morrear?

Hasta Luego Guapetón!

P.D: Sabes? haces buena pareja con el nuevo. Cómo se llama? Diego? Lucas? Aitor!

Rebeca -

que guay que hayas hecho un blog. aunque te doy un consejo. Los comentarios del blog deben de ser más pequeños para atraer el interés del lector. Besotessssss.
Pd:que mal me parece que me hayas puesto en enlaces. :p

Rebeca -

que guay que hayas hecho un blog. aunque te doy un consejo. Los comentarios del blog deben de ser más pequeños para atraer el interés del lector. Besotessssss.
Pd:que mal me parece que no me hayas puesto en enlaces. :p